En este espacio encontrarás artículos, redacciones y textos que versan sobre temas de Terapia Ocupacional y que nuestros socios han elaborado para dar a conocer y divulgar nuestra profesión.
Para más información visita la página web de la AEIS. ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE INTEGRACIÓN SENSORIAL www.integracionsensorial.es
El Enfoque de Integración Sensorial de Ayres® (ASI®) tiene como objetivo proporcionar al niño las diferentes experiencias sensoriales (vestibulares, propioceptivas y táctiles) necesarias para elaborar continuamente respuestas adaptadas a nuestro entorno y a las cosas que en él tienen lugar, lo que constituye la base del aprendizaje académico y del comportamiento social.
Este enfoque es utilizado por terapeutas ocupacionales y, como tales, los objetivos de la intervención están dirigidos a la mejora de la capacidad del niño para participar en las ocupaciones diarias que son significativas y satisfactorias en su contexto natural.
El rasgo diferenciador de la intervención es la consideración de los sistemas sensoriales como fuentes de información claves para el comportamiento y el aprendizaje. Aunque para el aprendizaje y el comportamiento son necesarios los estímulos procedentes de todos los sistemas sensoriales, los fundamentales son aquellos de origen táctil, vestibular y propioceptivo.
El niño debe estar motivado y comprometido en la elección de las actividades; por lo tanto, el juego es el medio por el cual se consiguen la elaboración de las respuestas más complejas. La intervención desde ASI® implica el uso de equipos tales como camas elásticas, equipos suspendidos, hamacas, cojines... que proporcionan los inputs sensoriales propioceptivos, vestibulares y táctiles, necesarios para conseguir alcanzar los retos y ejecutar las respuestas adaptativas más complejas.
La intervención es un diálogo continuo entre el niño y el/la terapeuta ocupacional, en el que las actividades y el medio ambiente se modifican para desafiar al niño a utilizar la información sensorial con el objetivo de elaborar y organizar una respuesta adaptativa. Este enfoque de tratamiento se desarrolla a través de una intervención uno a uno, en una intervención directa dentro de un entorno que cuenta con una amplia variedad de equipo especializado.
El terapeuta utiliza el razonamiento clínico con el fin de mantener el equilibrio entre las habilidades del niño, sus necesidades inmediatas, su nivel de desarrollo y su motivación intrínseca. También se controlan, en todo momento, el entorno y los componentes sensoriales y motores de las actividades con el objetivo de asegurar un desempeño con éxito por parte del niño en tareas cada vez más difíciles.
Para aplicar la intervención de la integración sensorial en un contexto clínico debe consultarse la Medida de Fidelidad de ASI® para obtener una información exhaustiva sobre el proceso terapéutico en sí, el material necesario, la formación del terapeuta ocupacional, etc.
Bibliografía:
AUTOR:
Sergio Serrada Tejeda
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociado AEIS: 216
Se acabó el invierno, y con él los días cortos y el frío. Es hora de salir a la calle y jugar, jugar y jugar. En esta era de nuevas tecnologías, los niños hacen demasiadas actividades sedentarias y eso afecta al desarrollo sensorio motor. Por eso, hoy os hablamos de algunas recomendaciones para jugar al aire libre con vuestros niños.
El mejor entorno de desarrollo del niño es la naturaleza y todo el material no estructurado que nos ofrece, anima a tu niño a jugar con palos, cajas, piedras, maderas, bloques y cualquier cosa que encuentres en tu entorno . Verás cómo surge el verdadero juego simbólico.
Uno de los juegos que más recuerdo de mi niñez son las pompas, las pompas que hacíamos mi hermana y yo en braguitas por toda la casa. Mi madre nos ponía un barreño con agua y jabón y nos daba unas pajitas para que soplásemos hasta que salían burbujas por todo el barreño, luego nos hacíamos bigotes con las pompas y las explotábamos con los pies. La diversión estaba asegurada.
Y ¿a quién no le gusta construir castillos o casas en los árboles?. No hace falta subir al árbol para que este nos sirva como base para nuestra cabaña. Busca un árbol que esté cerca de otros y coge telas viejas que tengas por casa y alguna cuerda o tela en tira. Ayuda a los niños a ir colocando las telas y arreglándolas alrededor del árbol en forma de cabaña, envuélvelos en las telas, tira de ellos, súbelos para que lleguen a colocarlas…
Otra cosa que no podéis dejar de hacer es iros de picnic. Coge una tela gruesa y grande y algo de comer y salir al parque más cercano a jugar en el césped. Hacer una colección de piedras mágicas, carreras de ranas o mantear a vuestros niños con la tela gruesa. Seguro que no necesitan columpios si sus papis les dan ese imput vestibular que tanto les gusta y les ayuda a crecer. Si no quiere subir en la tela no lo fuerces nunca. Respeta su decisión.
Y si llueve, podéis jugar en casa a pescar peces bajo la nieve, este puede ser uno de los juegos favoritos de la primavera. Haz peces de colores plastificados o coge alguno de plástico que tengas por casa, saca un bote de espuma de afeitar y haz un gran lago y mete los peces bajo la espuma de forma que no se vean, cada uno tendrá que ir buscando los peces y cuando terminen pueden escribir y pintar sobre la espuma los peces que ha pescado.
Cuando termine de llover es imprescindible salir de casa con las botas de agua y saltar en los charcos.
Puedes inventarte mil actividades preciosas para hacer con tus niños, pero recuerda una cosa. Hazlas con ellos, implícate en sus juegos, disfruta jugando tú también, como si volvieses a ser un niño.
Si quieres saber todo lo que implican estas actividades a nivel sensoriomotor solo tienes que hacerlas, veras la cantidad de experiencias sensoriales y motoras a las que se expone tu sistema nervioso. Desarrollo en estado puro.
AUTORA:
Silvia Navarro Amat
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 111
“Estoy en una clase ruidosa, llena de niños hablando, el profe le explica algo a un compañero, puedo oír cómo juegan y botan pelotas los niños en el patio. Por la ventana abierta entra aire y me da en la cara constantemente, mis compañeros pasan empujando mi silla sin prevenirme, el profesor me toca el hombro y me pregunta ¿Cómo lo llevas? Me da el reflejo del sol en el folio, hay muchos carteles y niños moviéndose. Aún así, tengo que coger el lápiz. Sujetarlo correctamente. Escribir una letra. Copiar una palabra. Completar una ficha. Terminar los deberes del día escribiendo en el espacio correcto, y tengo que tenerlos listos y además legibles, para que mis padres puedan leerlos dentro de unas horas.”
Propiocepción. Es la información sensorial que surge en los movimientos de contracción y estiramiento de los músculos, y en los de flexión, enderezamiento, tracción y compresión de las articulaciones. Este sistema tiene una importante influencia sobre nuestra acción motora (conciencia corporal, coordinación y planificación), además de contribuir en la modulación de los estados de ánimo y estado de alerta, y en el procesamiento de la información de otras sensaciones.
Vestibular. Este sistema interviene en aspectos importantes que influyen en la escritura:
Podemos encontrarnos con niños que:
Táctil. Normalmente no somos conscientes de todos los estímulos táctiles que recibimos, a menos que centremos nuestra atención en una zona concreta del cuerpo o que el estímulo que recibamos sea lo suficientemente fuerte como para que atraiga nuestra atención. El hecho de estar recibiendo constantemente esta cantidad de información, es lo que nos hace permanecer activos y mantener la sensación de que “nuestro cuerpo sigue ahí”.
Coordinación óculo-manual. Los niños que presenten algún tipo de dificultad en la integración de la información vestibular, táctil o propioceptiva, pueden tener problemas en el desarrollo de su coordinación óculo-manual. Esto dificultará que escriban de forma estable sobre una línea, que construyan letras o que coloreen dentro del dibujo, entre otras cosas.
Planificación Motriz. Cuando nuestro cuerpo entiende las sensaciones que provienen de nuestra piel, músculos y articulaciones y del sentido vestibular; somos capaces de sentir y saber lo que nuestro cuerpo hace a cada momento, incluso sin necesidad de verlo.
Auditivo. Puede que al niño le cueste percibir lo que se dice, y que parezca que no atiende o que no escucha. Que el maestro de una orden verbal o que explique un trabajo de copia o dictado, se convierte en una tarea difícil de conseguir, ya que el niño tendrá problemas para prestar atención sólo a lo que dice su maestro, sin distraerse por otros estímulos sonoros de la clase. Puede que también tengan dificultades a la hora de plasmar sus pensamientos en un escrito, o que tengan un vocabulario pobre, por lo que a la hora de escribir se “traben” intentando darle estructura a las frases, perdiendo la atención sobre la apariencia de las palabras y su organización espacial.
¿CÓMO AYUDARLES? ESTRATEGIAS SENSORIALES Y POSIBLES MODIFICACIONES QUE PUEDEN AYUDAR A MEJORAR DIFICULTADES EN LA ESCRITURA
En algunos casos, las técnicas de integración sensorial pueden ayudar a resolver o compensar los problemas con la escritura.
Las siguientes, son recomendaciones generales. Se necesita de una evaluación individualizada de las necesidades de cada niño, llevada a cabo por un terapeuta cualificado y formado en Integración Sensorial, ya que las dificultades pueden radicar en una grandísima cantidad de variables. También, es importante conocer al niño, sobre todo al aplicar medidas que proporcionen feedback, ya que se puede estar fomentando que aumente su frustración al ser más consciente de todos sus errores.
(Recomendaciones extraídas de la página web Sugar Aunts y de mi propia experiencia como terapeuta).
Actividades para Clase o Casa
Posibles Modificaciones del Ambiente
Estrategias de Trabajo para ayudar en la Escritura
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
RECURSOS
AUTORA:
Ana Clara Szot
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Como Terapeutas Ocupacionales, muchas veces vemos a niños que muestran tener alguna dificultad para escribir o para seguir el ritmo de su clase. En nuestra cabeza empieza a moverse la maquinaria, sabiendo que tenemos muchísimos aspectos que considerar, para tal vez poder dar con la clave para ayudarle. ¿Nuestro objetivo? que ese niño pueda desempeñar su actividad de forma efectiva y que disfrute haciéndolo.
Muchas veces (sea cual sea el motivo), los niños no han tenido la oportunidad de experimentar las habilidades de pre-escritura fundamentales, las cuales necesitan para desarrollar posteriormente aspectos tan importantes como por ejemplo calcular los tamaños, formar la letra y construir, seguir un correcto alineamiento y espaciado, etc.
Para poder brindar una mayor variedad de conocimientos y recomendaciones, no me he basado sólo en mi experiencia, sino que he hecho una revisión de recursos que considero de “buenas prácticas” (blogs, páginas web, artículos, informes, etc.).
Escribir es una habilidad extremadamente compleja. Necesitamos hacernos una imagen mental o recordar el aspecto de cada letra, para luego llevar a cabo una planificación motriz que permita crear esa letra tal y como la teníamos en nuestra memoria. Este documento nunca podría ser lo suficientemente amplio como para abarcar todos estos aspectos... así que intentaré centrarme en ciertos hitos que son de especial importancia.
De igual manera, al leer este documento creo que hay que desarrollar una reflexión individual... se habla de estudios y experiencias, que “clasifican” las capacidades según edades. Todos sabemos por nuestra clínica, que cada niño tiene sus propios tiempos y sus necesidades. Incluso aunque no existiese ninguna dificultad en el niño para ir alcanzando los hitos, es bueno saber que la escritura es sólo una actividad más dentro del aprendizaje multi-sensorial en la infancia, y que no debería ser la única prioridad dentro del ámbito escolar ni del terapéutico.
AGARRE DEL LÁPIZ
El agarre del lápiz es normalmente el predictor motor más obvio para ver cómo está encaminándose el desarrollo de la escritura, y es una de las causas de consulta más comunes. Tal y como se comenta en el Protocolo de Valoración de la Escritura (hecho por CanChild y la Universidad McMaster), normalmente el desarrollo del agarre del lápiz en los niños sigue una progresión predecible. Los patrones de agarre generalmente se desarrollan desde el menos maduro (p.ej. el agarre palmar radial) al más maduro (p.ej. agarre tridigital lateral o dinámico), y los cambios en el agarre pueden continuar hasta que el niño tenga unos 10.5 años aproximadamente (1).
Basándose en su investigación, Schneck y Henderson crearon una escala de desarrollo que describe los agarres de lápiz usados típicamente por los niños (imagen tomada de Schneck & Henderson. 1990):
(a) Agarre palmar radial transversal (Morrison, 1978); (b) Agarre palmar en supinación (Erhardt, 1984); (c) Agarre digital en pronación, sólo dedo índice extendido (Morrison, 1984); (d) Agarre de pincel; (e) Agarre con dedos extendidos; (f) Agarre con cruce de pulgar (Gesell, 1940); (g) Agarre tridigital estático: lápiz agarrado proximalmente. Pobre aproximación del pulgar, del dedo índice y del medio (Rosenbloom & Horton, 1971); (h) Agarre con cuatro dedos; (i) Agarre tridigital lateral (Schneck, 1987); (j) Agarre tridigital dinámico: lápiz agarrado distalmente. Oposición de pulgar, posición de dedos índice y medio, precisos (Rosenbloom & Horton, 1971). (1)
Algunos estudios han indicado que los patrones de agarre NO tienen una influencia significativa en el rendimiento de la escritura (2, 3). Sin embargo, los resultados indican que los niños con una escritura pobre, usan patrones de agarre menos maduros que los niños con buena escritura (4). Tradicionalmente, el agarre tridigital dinámico fue considerado óptimo para un buen rendimiento en la escritura, debido al gran nivel de control que se adquiere usando este agarre (5, 6). Sin embargo, estudios han demostrado que los niños que usan un agarre tridigital lateral alcanzan los mismo niveles de control, legibilidad, velocidad y precisión comparado con los niños que usan el agarre tridigital dinámico. Así, se podría considerar a este agarre como un agarre maduro, junto al tridigital dinámico (5).
Llegados a este punto, como terapeutas deberíamos preguntarnos:
PRESIÓN DEL LÁPIZ
Los niños a los que se le ha identificado alguna dificultad en la escritura, a menudo ejercen cantidades inapropiadas de presión sobre el lápiz durante las tareas de escritura (7, 8). De acuerdo a las investigaciones sobre este tema, hay tres mediciones principales de la presión que se deberían observar durante la valoración de la escritura: presión aplicada mediante los dedos sobre el lápiz, presión del lápiz sobre el folio (el punto de presión) y la presión de la mano que descansa en la superficie. En un estudio sobre este tema, se observa que la legibilidad está significativamente relacionada con la consistencia de la presión aplicada al instrumento de escritura (9).
HABILIDADES SUPERIORES DE ESCRITURA
El desarrollo de habilidades de escritura superiores (como la formación de la letra, regular tamaños, espaciado, alineamiento y otros), empieza con la capacidad de copiar formas sencillas. Los niños que pueden copiar las formas básicas de pre-escritura serán capaces de copiar significativamente más letras que aquellos que no pueden. (10)
APARIENCIA Y CONSTRUCCIÓN
Una vez que el niño se muestra capaz de copiar formas de pre-escritura y líneas (horizontales, círculos, verticales, líneas con intersecciones y diagonales) aproximadamente sobre los 3 o 4 años de edad, sería el momento de pasar a la formación de las letras y su construcción. En algunos casos, los niños de entre 5 y 6 años se encuentran listos para construir y dar forma más precisa a las letras del alfabeto. (11)
En la práctica, podemos diferenciar entre "apariencia" (su forma y legibilidad) y "construcción de letras" (cómo el niño produce cada letra, dónde ha empezado a escribirla, qué estrategia usa para darle forma). Por ejemplo, si le damos a un niño un folio para escribir y nos vamos sin ver cómo lo ha escrito, cuando volvamos podemos encontrar una redacción con una letra bonita y legible... pero ¿nos hemos perdido algo? el niño puede haber construido las letras de forma poco efectiva (empezando la letra por el final, formando las letras de derecha a izquierda o incluso volviendo sobre sus propios pasos para completar letras mal escritas). Normalmente, una construcción eficiente lleva a una mejor legibilidad y velocidad de escritura.
Cuando los niños practican haciendo letras de una manera poco eficiente durante semanas y meses, crean unos malos hábitos de escritura que posteriormente serán muy difíciles de cambiar. Encontraremos problemas sobre todo cuando entren en primero de primaria, un curso en el que las expectativas se vuelven más intensas. Estos niños simplemente, no podrán seguir el ritmo o tendrán que emplear muchos esfuerzos.
En el modelo de enseñanza inicial de la lecto-escritura en España (12), encontramos que se estipula el inicio de actividades de lectoescritura a los 3 años de edad. Basándose en presupuestos conductistas, se definen actividades previas, orientadas al desarrollo de habilidades entendidas como prerequisitos para el aprendizaje de la lectoescritura (prelectura: percepción viso-espacial, esquema corporal, coordinación viso-manual, interpretación de imágenes, utilización de símbolos, etc.; preescritura: trazos o recorridos secuenciados sobre diferentes pautas, trazados de letras en cursiva, representación de ideas a través de dibujos, etc.).
Algunas investigaciones muestran que los niños adquieren primero la capacidad de hacer líneas rectas y letras mayúsculas circulares, luego otras letras mayúsculas, después las minúsculas, números y palabras (en ese orden) (13). Aproximadamente sobre los 7 u 8 años, los niños ya no deberían mostrar inversiones de letras.
TAMAÑO DE LAS LETRAS, ALINEAMIENTO Y ESPACIADO
Después de que los niños hayan aprendido a formar las letras con precisión, necesitan ser capaces de mantener lo que escriben dentro del espacio designado en el folio... necesitan aprender cómo darle tamaño a sus letras de forma apropiada.
Durante los primeros encuentros con las actividades de escritura, los niños en edad pre-escolar pueden practicar escribiendo letras “gigantes” que ocupen el folio entero. A medida que avanza la edad (entre los 5 y 6 años), empiezan a perfeccionar esta habilidad y a aprender cómo usar las líneas en la página para guiar el tamaño de sus letras. Luego, los niños pasan a aprender la formación de las letras minúsculas, añadiendo nuevas dimensiones a la habilidad de “dar forma” cuando aprenden acerca de las letras altas, bajas y las que tienen “cola”.
Hacer el tamaño correcto de las letras, está íntimamente relacionado con el alineamiento, o el uso consistente de la línea del folio como “suelo” o base para cada letra. Esta habilidad también emerge sobre la edad de los 6-7 años, en sus primeros contactos con la educación primaria.
A medida que los niños fortalecen sus habilidades y confían más en ellas, empiezan a tener más conciencia de dónde termina una palabra y empieza la siguiente. Esto debería coincidir con la habilidad de dejar un espacio apropiado entre las palabras mientras se escribe.
En este punto, es importante hablar de la orientación espacial. Los niños que están empezando a experimentar con la escritura, no tienen las capacidades para saber cómo hacer que las letras tengan justo el tamaño adecuado para entrar dentro del renglón. Los niños en edad de educación infantil empiezan a experimentar escribiendo sus nombres y otras letras. A medida que el niño avanza en su educación, irá perfeccionando esta habilidad y aprenderá cómo usar las líneas en una página para guiar los tamaños de sus letras.
VELOCIDAD DE ESCRITURA
Se requiere una velocidad de escritura adecuada para tomar apuntes, completar los deberes del colegio y hacer los exámenes en su debido tiempo. La dificultad del niño para seguir a sus compañeros puede llevarlo a frustrarse y a que disminuya su motivación hacia las tareas académicas.
Los niños alcanzan fluidez y velocidad, y realizan una escritura más automática cerca de los 8-9 años (10). Se vuelven capaces de seguir los dictados de clase y de completar tareas de escritura más largas (ej. párrafos, pequeños textos) a un ritmo adecuado.
OTRAS CONSIDERACIONES MUY IMPORTANTES
Área de trabajo en la clase y Control Postural
El posicionamiento y la postura en sedestación son normalmente los asuntos a los que los terapeutas ocupacionales atendemos inicialmente a la hora de intervenir sobre la escritura. Se considera que la postura del niño influye tanto en la eficiencia del proceso de escritura como en el resultado final de la misma (7). Muchos autores han descrito la correcta postura en sedestación y el posicionamiento que se debería implementar, para proveer al niño de un apoyo básico mientras escribe (14, 5, 15). Se describe la postura del 90-90-90 como la postura en sedestación ideal para trabajar.
Área de trabajo y Postura ideal:
Pollock N, Lockhart J. Handwriting Assessment Protocol- 2nd edition. Canada: McMaster University; 2009.
Observaciones comportamentales
La resistencia, atención y motivación, son consideraciones importantes que pueden afectar significativamente el rendimiento en la escritura.
Se cree que la fatiga tiene un efecto significativo sobre la velocidad de escritura, la formación de letras, organización espacial y la ergonomía (16). En algunos estudios se observa que la fatiga y el escribir durante largos periodos de tiempo, causaba un deterioro en la formación de las letras y el aumento de la velocidad de escritura. Además, hacía que la postura de los niños empeorase. Debido a la mala postura, en los niños con una escritura pobre también empeoraba la organización espacial y se incrementaba la presión sobre el lápiz (7, 17).
Algunas recomendaciones:
Pollock N, Lockhart J. Handwriting Assessment Protocol- 2nd edition. Canada: McMaster University; 2009.
PROBLEMAS EN EL DESARROLLO DE LA ESCRITURA
El desarrollo de la escritura puede verse dificultado por varios factores, dentro de los que se incluyen:
Cuando hay un problema en una o más de estas áreas, los niños pueden mostrar reversión de letras más allá de los 6-7 años; puede que no dejen espacio entre las palabras que escriben (o que dejen demasiado espacio); tal vez escriban palabras con una alineación deficiente, encontrándonos por ejemplo que la línea base de las letras y palabras sube y baja dentro del espacio del renglón, como si la palabra entera fuese una “ola”; incluso puede que llenen el folio entero con letras muy grandes.
Sea cual sea la situación en la que se encuentre el niño, hay muchas estrategias y actividades para abordar las habilidades de escritura que pueden ayudarles a compensar sus dificultades o a desarrollar aquellas habilidades que faltan.
TRUCOS Y CONSEJOS PARA EL DESARROLLO DE LA ESCRITURA
Estas son recomendaciones generales. Se necesita de una evaluación individualizada de las necesidades de cada niño, llevada a cabo por un terapeuta cualificado y formado para intervenir sobre la escritura, ya que las dificultades pueden radicar en una grandísima cantidad de variables. También, es importante conocer al niño, sobre todo al aplicar medidas que proporcionen feedback, ya que se puede estar fomentando que aumente su frustración al ser más consciente de todos sus errores.
(Recomendaciones extraídas de la página web The Inspired Treehouse y de mi propia experiencia como terapeuta).
Construcción y Apariencia
Alineamiento
Regulando los tamaños
Espaciado
Fluidez y Velocidad
REFERENCIAS:
RECURSOS
AUTORA:
Ana Clara Szot
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Una vez que se ha identificado a un niño con dificultades de procesamiento sensorial, el Terapeuta Ocupacional es el responsable de disponer un plan de tratamiento efectivo (Koomar & Bundy, 1991).
Aunque la intervención terapéutica directa es un componente clave en el proceso, habitualmente se lleva a cabo la implementación de una Dieta Sensorial dirigida a cubrir las necesidades sensoriales del niño a lo largo del día (Wilbarger, 1995).
Una Dieta Sensorial no se trata de una “receta” general que valga para todos los niños, es un programa individualizado de actividades y soportes sensoriales para la vida diaria, que ha sido diseñado especialmente para ese niño en concreto, teniendo en cuenta sus dificultades de procesamiento sensorial y las posibilidades del entorno.
La dieta sensorial permite al niño ampliar sus oportunidades para recibir un mayor o menor “input” sensorial en intervalos frecuentes, dependiendo de las necesidades sensoriales del niño, para mostrar así un mejor desempeño durante sus actividades diarias y un mayor equilibrio y organización en general.
El Terapeuta Ocupacional que se encarga del tratamiento del niño, es el responsable de diseñar y adaptar las diferentes actividades e ideas de la dieta sensorial del niño. Esta debe cubrir la mayor parte de los momentos del día, tanto en el ámbito familiar como dentro de la escuela. Para llevarla a cabo, se necesita la colaboración del entorno (familia y escuela) para que pueda ser efectiva. Éstos deben entender cuáles son las principales dificultades de procesamiento sensorial del niño y el porqué de las actividades o soportes de la dieta sensorial. De esta manera, la familia y la escuela se convierten en piezas clave dentro del tratamiento desde el enfoque de la Integración Sensorial.
Es importante que el niño y su entorno comprendan la necesidad de nutrirse sensorialmente para poder funcionar correctamente y que intenten ofrecer estos estímulos de manera organizada y funcional.
Las actividades incluidas en la dieta sensorial deben tener un sentido para el niño. Se debe revisar periódicamente para asegurarnos que es “nutritiva” y que cubre las diferentes necesidades del niño.
Dieta Sensorial, ayudando al niño a sentirse más calmado, equilibrado y organizado.
MÁS INFORMACIÓN EN:
AUTORA:
Maika Tro Jorro
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 54
Uno de los recursos que utilizamos los terapeutas ocupacionales que trabajamos desde el abordaje de la integración sensorial son las dietas sensoriales. Además de las sesiones de terapia que pueda recibir un niño, damos estrategias sensoriales a padres y profesores para que ayuden al niño a mejorar su participación. Los centros educativos convencionales, en muchas ocasiones, no cuentan con herramientas suficientes para conseguir que los niños que padecen una disfunción del procesamiento sensorial saquen todo su potencial y puedan aprender con la misma facilidad que los demás. En las siguientes líneas convertiremos un aula ordinaria en un aula sensorialmente inteligente.
Lo primero que me atrevería a cambiar son las paredes de las aulas ¡¡están atestadas de cosas!! Es verdad que el apoyo visual es muy positivo y de inicio ayuda a asimilar conceptos, pero yo creo firmemente que debe de existir un punto intermedio entre empapelar las aulas con letras, formas, números, dibujos, fotos, animales, etc. y dejarlas vacías para que los niños con algunas dificultades no se distraigan. En un aula sensorialmente inteligente, lo más visible es una buena agenda visual, para que los chicos sepan cómo se va a organizar la jornada. Además, puede haber un cartel con ejercicios de yoga (propiocepción) para que sepan cómo se pueden mover si se cansan, saturan o pierden la atención.
Los trabajos que realizan, carteles de letras, números, formas y demás, con cautela, solamente pondría lo que se estuviera trabajando en el momento, y en un lugar concreto. Para muchos niños con problemas de modulación o de procesamiento visual es extremadamente difícil concentrarse en la tarea con tanta estimulación visual. ¿Y para el niño que le viene bien? El niño que va bien, va a ir igual de bien sino mejor con un ambiente más despejado.
Lo más normal es distribuir el aula por rincones, además del rincón de la casita, los coches o los disfraces, en un aula sensorialmente inteligente hay un “rincón del descanso”, un espacio con telas donde hay menos luz, un refugio lleno de cojines y mantas, donde los niños puedan calmarse o autorregularse si se desorganizan.
En cuanto a las sillas y mesas, ofrecen poca estimulación sensorial o nada y el cerebro necesita sensaciones para funcionar… ¿Qué está pasando aquí? No podemos pedir atención si el cerebro no se ha nutrido de sensaciones, y es exactamente lo que pretendemos… demasiadas horas sentados es agotador para el cerebro. Lo más efectivo es dar sensaciones y luego pedir atención ¡¡el movimiento es fundamental para el aprendizaje!! Lo ideal sería cambiar el mobiliario típico por balancines, pelotas, sillas giratorias, cojines de aire, mecedoras, sillas con respaldo o sin respaldo… dejar que cada niño descubra con qué sensaciones funciona mejor su cerebro. Sé que esto no siempre es posible, siendo realista trataría de meter, al menos, algunos de estos elementos en el aula y de hacer a los alumnos conscientes de cómo poder usarlos para mejorar su desempeño.
Algo que es totalmente factible tener en el aula, y los profes en las formaciones así me lo confirman, son las cajas sensoriales, con elementos táctiles, visuales, auditivos, olfativos y gustativos. A nivel táctil puede haber cajas con arena, lociones hidratantes, espuma de afeitar, plastilinas, legumbres, bolitas, pelotas de diferentes texturas y tamaños, pintura de dedos… ¡¡y cualquier cosa que se nos ocurra!! A nivel visual bolas de luz, linternas, botellas sensoriales, etc. Para las sensaciones olfativas los aceites esenciales tienen muchas propiedades que modifican el nivel de alerta ¡¡usémoslos!! Pegatinas aromáticas y perfumes son fáciles de tener en el aula. Muchos niños tienen problemas para modular las sensaciones auditivas y el ruido normal del aula es realmente molesto para ellos. Uno de mis niños de 5 años, le pidió a la monitora del comedor unos tapones para los oídos porque “los niños hacían tanto ruido que les quería pegar”. Pues bien, estos niños que se cubren los oídos o que se portan notablemente peor en ambientes desorganizados o ruidosos, podrían buscar unos tapones o auriculares con música relajante en nuestra caja del sonido y enfrentarse mucho mejor a la demanda escolar. A través de la estimulación oral también podemos ayudar a los niños a regularse, hay niños que muerden todo, babean o se llevan todo a la boca, esta “ansiedad” hace que prestar atención sea difícil, en nuestra caja del gusto puede haber caramelos blandos, mordedores, chicles, tortitas crujientes de maíz, fruta o algunos vegetales.
Por último, jugar con las luces y el sonido, no tener miedo de hacer dinámicas a oscuras para bajar el nivel de alerta de la clase (o de un niño concreto si lo necesita) o de introducir música binaria o rítmica mientras realizan la tarea.
¡¡Ánimo con el diseño del aula!! Jugar con las sensaciones es una gran herramienta y hará a nuestros alumnos más felices.
AUTORA:
Celia Vázquez Pérez
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 205
La Terapia ocupacional es una profesión sanitaria que se ocupa de que las personas adquieran el máximo grado de independencia teniendo en cuenta sus características, su edad y momento evolutivo y su entorno.
Su principal objetivo es la Ocupación, que abarca todas las áreas donde la persona se desempeña: actividades de la vida diaria (vestido, higiene, alimentación, cuidado personal), actividades productivas (trabajo, educación, cuidado del hogar) y actividades de ocio y esparcimiento.
La Terapia Ocupacional entiende a la persona como un ser global; explora su potencial teniendo en cuenta sus capacidades motoras, cognitivas, sensoriales, perceptuales, su contexto socio-emocional y su interacción con el ambiente. Incluye las metas, deseos y planes de la persona para necesarios para su desarrollo, crecimiento y satisfacción.
Las funciones del terapeuta ocupacional en el tratamiento incluyen la evaluación de la persona, planteamiento de los objetivos según sus necesidades e intereses, diseño del plan de intervención y puesta en marcha del mismo y reevaluación para constatar los objetivos logrados.
El terapeuta ocupacional trabaja con personas con discapacidad y con enfermedad, pero también con personas que teniendo un desarrollo normal y una vida independiente, presentan dificultades en las tareas cotidianas.
El término español ‘Terapia Ocupacional’ procede del inglés ‘Occupational Therapy’. Es, en realidad, una traducción literal. Una adecuada traducción habría sido ‘Terapia mediante la Actividad’, puesto que es lo que expresa el término en inglés. Así pues, el término Terapia ocupacional, da pie a confundir la finalidad de la disciplina con la de tener ocupada o entretener a la persona. Esta confusión se incrementa por la similitud del término con los talleres ocupacionales donde el objetivo está más centrado en los beneficios terapéuticos que tiene la actividad por sí misma. La ocupación por sí misma siempre tiene beneficios para la salud. Pero para que una actividad constituya una terapia en sí misma, se debe diseñar previo análisis de la actividad, estudiando sus distintos componentes biopsicosociales y atendiendo a las necesidades y potenciales de la persona. Así pues, la Terapia Ocupacional procura actividades adaptadas a las necesidades del individuo para mejorar su funcionamiento utilizando la actividad/ocupación como medio terapéutico.
La Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales (WFOT) define a la Terapia Ocupacional como una profesión que se ocupa de la promoción de la Salud y el Bienestar a través de la ocupación. El principal objetivo de la terapia ocupacional es capacitar a las personas para participar en las actividades de la vida diaria. Los terapeutas ocupacionales logran este resultado mediante la habilitación de los individuos para realizar aquellas tareas que optimizarán su capacidad para participar, o mediante la modificación del entorno para que éste refuerce la participación.
Los terapeutas Ocupacionales poseen una formación extensa que les proporciona las habilidades y los conocimientos para trabajar con aquellos individuos o grupos de población que sufren la afectación de una estructura corporal o función, debida a algún cambio de salud, y que, por tanto, hace que experimenten limitaciones en su participación. La Terapia Ocupacional se ejerce en una gran variedad de ámbitos de actuación, incluidos hospitales, centros de salud, domicilios particulares, lugares de trabajo, escuelas, reformatorios y residencias de ancianos. Los clientes están involucrados activamente en el proceso terapéutico y los resultados de la terapia ocupacional son diversos, dirigidos al cliente y medidos en términos de participación o satisfacción derivadas de su participación.
PARA MÁS INFORMACIÓN:
AUTORA:
Raquel Castán Gasquet
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 102
El tratamiento por parte de los Terapeutas Ocupacionales en niños con Parálisis Cerebral (a partir de ahora PC), ha ido sufriendo varias transformaciones a lo largo de los años. Desde sus inicios, el terapeuta ocupacional se centraba en el entrenamiento con los aparatos ortopédicos, los estiramientos, las actividades funcionales para lograr la máxima independencia en las actividades de la vida diaria, y en el diseño de adaptaciones y ayudas técnicas.
A mediados de los años 50, Jean Ayres (terapeuta ocupacional que desarrolló la Teoría de la Integración Sensorial), trabajaba con niños con PC. Por aquel entonces no obtenía muy buenos resultados durante las terapias, por lo que más adelante y según los estudios que iba realizando, se centró en niños con dificultades de aprendizaje. No obstante, ella defendía la posibilidad de que muchos problemas neuromotores que existen en estos niños, podrían deberse a desórdenes en el procesamiento sensorial. Según los estudios publicados desde 1954 hasta 2010, los niños con PC, a pesar de que su afectación principal es a nivel motor y del movimiento, también podrían presentar un problema en el procesamiento sensorial, es decir, la información que les llega a través de sus sentidos, no está siendo procesada correctamente.
La falta del movimiento ocasionada por ejemplo por la rigidez en sus músculos (espasticidad), provoca dificultades en la organización y en la integración de la información sensorial y como consecuencia, afecta a su capacidad para moverse, aprender, explorar su entorno, prestar atención y comportarse adecuadamente en una situación. En ocasiones, al carecer de movimientos voluntarios, tienen menos posibilidades de tocar y comprender su propio cuerpo, de explorar su entorno, de manipular objetos y juguetes, y puede que tengan un escaso desarrollo de su conciencia corporal, y puede que no sean capaces de tolerar ciertas texturas.
En la actualidad, muy pocos terapeutas utilizan este marco de trabajo como parte de su tratamiento con estos niños. Desde mi experiencia, utilizo esta terapia (y la alterno con otras) a diario, ya que me ofrece muchas y amplias posibilidades en mi trabajo con los peques. Gracias a los materiales utilizados en Integración Sensorial podemos aumentar o reducir el tono en los equipos de suspensión, se mejora el control de la postura del niño, se producen estiramientos en la musculatura de brazos y piernas, y en definitiva, reciben experiencias sensoriales que les son placenteras mientras conseguimos alcanzar los objetivos que nos proponemos a nivel motor, social y cognitivo.
Podéis encontrar más información en:
AUTORA:
Verónica Simón Donaire
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 200
La ocupación es la mejor medicina natural y es esencial para la felicidad humana, ya lo decía Galeno. La historia de la Terapia Ocupacional se remonta a muchos siglos atrás, pero se reconoció oficialmente como disciplina después de la segunda guerra mundial. Desde entonces se empezó a dar el valor a la ocupación como tratamiento para diferentes enfermedades y patologías.
Los ámbitos de actuación del terapeuta ocupacional son muchos. Cuando hablamos de ocupación, no hay una edad a la que nos dirigimos, ni una enfermedad ni una patología. En todas las etapas etarias y en todas las dificultades a las que se enfrente el ser humano está siempre presente la ocupación como motor de la vida.
Y, si hacemos un pequeño recorrido por esas etapas etarias, encontraremos terapeutas trabajando con bebés prematuros o niños que nacen con alguna patología. Asesorando a las familias, visitando a los bebés en el hospital e interviniendo con ellos en todos los ámbitos sensorio motores para mejorar el desarrollo de esos bebés.
Cada día son más los terapeutas que trabajan en el ámbito de pediatría, en asociaciones de niños con diversidad funcional, en escuelas infantiles y colegios, en hospitales y centro privados. Las familias buscan profesionales que trabajen con sus hijos en el día a día, que se centren en la funcionalidad.
Por una parte, los terapeutas especializados en pediatría realizan un gran trabajo con niños con diversidad funcional en todos los ámbitos de su vida, la familia, el colegio, el juego, las relaciones con sus padres, las actividades de la vida diaria, etc. Por otra parte, también intervienen con niños, que sin tener un diagnóstico o patología, tienen dificultades para realizar algunas actividades de la vida diaria, como lavarse el pelo, vestirse, comer, aprender, etc.
Si seguimos observando esas etapas de la vida, nos encontramos con la adolescencia. En este ámbito encontramos terapeutas interviniendo en casas tuteladas, en centros ocupacionales, con personas en riesgo de exclusión social o acompañando a madres adolescentes.
Por otro lado, hay terapeutas trabajando en centros de desintoxicación o cárceles o con personas que tienen otras dificultades que afectan a la ocupación y a la funcionalidad. Intervenir desde la ocupación y encontrar un sentido a la vida, puede hacer cambiar el rumbo de muchas personas.
Hay otros ámbitos como hospitales y residencias de neurorehabilitación, donde los terapeutas intervienen con personas con daño cerebral adquirido y otras patologías neurológicas. Clínicas donde se trabaja con dificultades motoras que afectan a la funcionalidad. Centros donde se interviene con personas con déficit sensoriales, visuales o auditivos. O lugares donde se interviene con personas con problemas de salud mental.
La ocupación es una herramienta fundamental en todas las etapas de la vida y muy importante en las personas de la tercera edad. Por eso, hay muchos terapeutas trabajando en centros de día y en residencias, interviniendo y manteniendo las funciones en personas mayores sin patología o aquellas con demencia o alzheimer.
Es muy difícil hablar de ámbitos de actuación, porque vamos a encontrar terapeutas ocupacionales trabajando en todos los ámbitos en los que la ocupación y la funcionalidad de las personas se vea afectada.
AUTORA:
Silvia Navarro Amat
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 111
En las diferentes fases de la infancia, el niño va adquiriendo de manera progresiva las destrezas necesarias para utilizar el entorno de una manera constructiva y adecuada a sus intereses personales.
La intervención del Terapeuta Ocupacional se realiza de una manera multidimensional, facilitando que el niño logre el máximo nivel de independencia de acuerdo a las demandas del entorno físico, social y cultural.
El Terapeuta Ocupacional favorece las conductas adaptativas, que permiten al niño participar e interaccionar con el entorno de una manera constructiva, permitiendo el desarrollo de su independencia, así como de las destrezas cognitivas, afectivas, sociales y motoras.
Cuando el niño conquista de forma gradual la capacidad de autodeterminación, se convierte en un agente activo de las de decisiones que se van realizando de distinta forma y que favorecen la configuración (auto-concepto, sentido de la autoestima y auto-competencia. etc.).
La intervención y objetivos se realiza de manera respetuosa con: el desarrollo, la destreza y la edad del niño. El entorno debe ser idóneo y adecuado para promover la exploración libre. Siendo adaptado, seguro y flexible al desarrollo para que los niños: investiguen, busquen e interaccionen.
Los ambientes como parques, naturaleza, playa, etc. ayudarán a desarrollar: el olfato, descubrir nuevas texturas, sonidos, animales, y así facilitar, el aprendizaje significativo, junto con el desarrollo de la integración sensorial.
La implicación del niño en las actividades cotidianas, debemos de promoverlas para que integren el funcionamiento y las rutinas de manera espontánea en los diferentes entornos (como: el colegio, la casa, el supermercado, etc.). Con esto, observaremos el funcionamiento de los adultos, dejando que participen en estas actividades (poner la mesa, limpiar, ordenar, cocinar, etc.). De esta manera, favorecemos la motivación intrínseca del niño, disminuyendo la ayuda del adulto, para buscar “la independencia” del niño.
BIBLIOGRAFÍA:
AUTORA:
María Tomás Marín
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 213
“No hay nada en el intelecto que no haya pasado antes por los sentidos.
Las sensaciones constituyen la fuente principal de nuestros conocimientos, tanto sobre el mundo exterior como sobre nuestro organismo, dándose al hombre la posibilidad de orientación en el medio circundante y con respecto al propio cuerpo”
Luria.
Los órganos de los sentidos captan la información del entorno, la cual es transmitida al cerebro como encargado de filtrar, interpretar y emitir respuestas.
Las sensaciones, son ni más ni menos, que la materia prima de la cual se alimenta el cerebro, y es a partir de las sensaciones que el aprendizaje tiene lugar.
Pero, ¿cuántos sentidos tenemos?
Todos conocemos los cinco sentidos de los que desde que éramos pequeñitos, en los libros, los profesores o nuestros padres nos han hablado; éstos son:
Pero, ¿a caso no hay ningún sentido que nos informe sobre lo que pasa con nuestro cuerpo, del lugar que ocupa en el espacio, y de su movimiento?
Son el sentido de la propiocepción y el sentido vestibular (también conocido como del equilibrio).
El sistema propioceptivo nos informa de la posición y movimiento de nuestro cuerpo; sus receptores se encuentran en los músculos y las articulaciones. Junto con el tacto, es uno de los primeros sentidos en desarrollarse, intraútero. La propiocepción nos ayuda a movernos; sin una adecuada sensibilidad propioceptiva, dependeríamos del sentido de la vista para saber cómo se mueve y qué hace nuestro cuerpo en cada momento.
El sentido vestibular encuentra sus receptores en el oído interno, desde donde se envía información al cerebro sobre los movimientos de la cabeza, la gravedad y el equilibrio. Al igual que el sistema táctil o propioceptivo, comienza a madurar en una etapa temprana en la vida del niño, dentro del seno materno.
El cerebro necesita alimentarse de una rica variedad de sensaciones, las cuales nos informan de los que sucede en el exterior, pero también de lo que sucede con nuestro cuerpo, para poder crecer, madurar, desarrollar habilidades y por tanto funcionar.
AUTORA:
María del Pilar Taboada Pernas
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 212
El tacto es un sentido muy importante que se comienza a desarrollar ya desde el embarazo, y que va aumentando conforme el bebe aprende a gatear, agarra objetos y se los lleva a la boca, explora con sus manos...
Una de sus funciones principales es informarnos de las características de las cosas que tocamos y saber diferenciar aspectos como la forma, la textura, la consistencia… y así poder desarrollar habilidades más precisas a nivel manipulativo. Ejemplos de ello pueden ser saber hacer nudos con cordones, o bien encontrar las llaves dentro del bolso sin mirar.
Por otro lado, la piel es un órgano que recubre todo nuestro cuerpo y también juega un papel importante en la función de protección. En relación al entorno, el tacto nos informa de aquello que puede hacernos daño y nos ayuda a percibir el peligro. Las manos, los pies y la boca son de las zonas más sensibles del cuerpo.
La hiper-reactividad táctil se muestra como una alteración en la percepción de las sensaciones del tacto, es decir, una respuesta extremadamente sensible a estímulos que para otras personas pueden llegar a pasar desapercibidos o incluso no sentirlos.
El niño con hiper-reactividad táctil puede reaccionar de manera exagerada o negativa ante un mayor número de situaciones que los demás pueden vivir con cierta normalidad:
Esta reacción interfiere directamente en la función protectora del tacto. Los niños pueden percibir peligro o amenaza en las situaciones como las descritas arriba, y es común observar reacciones emocionales exageradas (llanto, gritos, agresividad, bloqueos…). El tacto está muy ligado al desarrollo emocional: sentirse a gusto en el entorno en el que vivo, sentirse protegido y disfrutar del contacto afectivo con familiares y amigos. Por ello, a menudo los niños con hiper-reactividad táctil suelen mostrar un carácter más bien irritable, esquivo, inhibido, enfadado o con una necesidad de controlar el ambiente.
Además, muestran una sensación permanente de defenderse de algo, del entorno, y les cuesta más prestar atención a aquello que les aporta la información táctil (aprender de las características, desarrollar una buena motricidad fina…), afectando a su aprendizaje.
BIBLIOGRAFÍA:
AUTORA:
Mireia Pey Pujadas
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 117
El informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos) es un proyecto creado por la OCDE (Organización para la cooperación y el desarrollo económicos) cuyo objetivo es evaluar la formación de los alumnos hacia los 15 años.
La primera vez que se usó esta prueba fue en el año 2000. La prueba tiene carácter trienal. Se evalúan las áreas de lectura, matemáticas y competencia científica. Está diseñada para conocer los conocimientos y destrezas. La última vez que se celebró fue en el año 2015 y conoceremos sus resultados a finales de 2016.
Los datos del año 2012 revelan que España se encuentra ligeramente por debajo de las puntuaciones medias. En el área matemática, la puntuación media fue: 494 y España obtuvo 484 puntos; en comprensión lectora 496 frente a 488; y, en el área científica 501 frente a 496. Si bien, la evolución de España desde el 2000 indica una mejora progresiva.
El sistema educativo finlandés fue el mejor considerado por el informe PISA de 2003, y a partir de ese momento ha figurado entre los primeros puestos a nivel mundial. Este sistema educativo ha sido ampliamente estudiado por muchos profesionales buscando la clave de su éxito para una posible aplicación en nuestro propio país, para mejorar nuestro sistema educativo. Como podíamos esperar no es algo simple. Son muchos aspectos complejos interrelacionados los que les han llevado a su situación actual. Varios autores destacan como determinantes los siguientes aspectos:
BIBLIOGRAFÍA:
AUTORA:
María Perez-Aradrós Postigo
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 116
Normalmente, sabemos percibir cuándo los niños son felices o cuando sufren pero, en algunos momentos, es la causa de esta felicidad o sufrimiento lo que no se entiende.
A veces, pedimos a los niños determinados comportamientos o la realización de algunas tareas para las que todavía no están preparados, ya que puede ser posible que no hayan adquirido unas habilidades que se consideran previas para ir alcanzando otras.
Y es que existe un orden en el desarrollo del aprendizaje del niño. Por ejemplo, a la edad de cinco años, el niño está evolutivamente desarrollando procesos perceptivo-motores tales como la coordinación visomotriz, el control óculo-manual, el ajuste postural, la organización espacial, la estructuración espacio-temporal, el mantenimiento de la atención..., todo ésto como prerrequisitos para un adecuado desarrollo de la motricidad fina y con ella de habilidades académicas básicas como la escritura. Es decir, que a la edad de cuatro años es posible que un niño evolutivamente no esté preparado para escribir.
Podríamos definir este proceso de aprendizaje como un edificio: es difícil pretender desarrollar algunas capacidades si no se encuentran suficientemente bien consolidadas otras. El niño evoluciona desde la pura captación sensorial a la posibilidad de utilizar el cuerpo con carácter sensorio-motor para explorar su cuerpo y su entorno, conocerlo e integrar el mundo que le rodea mediante su actividad perceptivo-motriz y así gestionar su contexto próximo y manejarse dentro del mismo, gracias a sus capacidades cognitivas y adaptativas.
En la base de este edificio, con forma de pirámide, encontramos unos sentidos que no son los clásicos que todos conocemos (vista, oído, gusto y olfato), ya que nuestro sistema nervioso necesita procesar previamente el tacto, el movimiento, la fuerza de la gravedad y la posición corporal.
Este procesamiento sensorial establecerá unos buenos cimientos para el desarrollo de todo lo demás. Tenemos células dentro de la piel que envían información sobre el tacto, el dolor, la temperatura y la presión. Estructuras dentro del oído interno que detectan y responden al movimiento del cuerpo en el espacio y a los cambios de posición de la cabeza, y receptores sensoriales en los músculos, articulaciones y tendones que nos proporcionan conocimiento sobre la posición de las diferentes partes del cuerpo. Estos sentidos, aunque son los menos conocidos, son críticos para ayudarnos a funcionar en nuestra vida diaria y, como se aprecia en la imagen, son la base de nuestro edificio.
Son los sentidos llamados táctil, vestibular y propioceptivo, que comienzan a funcionar de forma muy temprana en la vida, en la fase intrauterina, antes del nacimiento. Estos sistemas están estrechamente relacionados entre sí formando interconexiones con otros sistemas del cerebro, como base para un continuo desarrollo. Son la base para proporcionar conocimiento sobre cómo el cuerpo se mueve y cómo puede ser usado para moverse en el entorno. La interacción con los sistemas es compleja y necesaria para interpretar una situación con precisión y realizar la respuesta adaptada y adecuada.
Y, así es como podéis entender el concepto de Integración Sensorial, como la capacidad de nuestro Sistema Nervioso Central para organizar e interpretar las informaciones captadas por los sistemas sensoriales (visual, auditivo, gustativo, olfativo, táctil, propioceptivo y vestibular) con el objetivo de responder de forma adecuada en nuestro entorno. Mediante la Integración Sensorial, el niño va a organizar las entradas sensoriales para su propio uso.
Así que, creo que es importante conocer esta pirámide de desarrollo para así entender algunos comportamientos o respuestas de nuestros hijos y, aunque cada niño es diferente, y con él la respuesta sensorial que dará en cada situación, me gustaría citar algunos principios generales a tener en cuenta como padres para promover una integración sensorial normal:
Para la mayoría de los niños, la integración sensorial se desarrolla en el curso ordinario de sus actividades infantiles, pero, para algunos otros, no se desarrolla de forma tan eficiente como debería, y este fallo en el procesamiento sensorial puede hacer evidentes problemas de aprendizaje, desarrollo o comportamiento. Si esto ocurre, el niño debería ser evaluado y, si fuese el caso, tratado por un Terapeuta Ocupacional cualificado en Integración Sensorial.
AUTORA:
Sonsoles Baños Herráiz
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 43
La Terapia Ocupacional (TO) en la infancia engloba aquellas situaciones en las que el niño presente alguna limitación en la participación, de tal modo que la alimentación es una de ellas y en la cual, según los estudios, una en las que encontramos más dificultades por diferentes causas.
Según el Marco de trabajo para la Práctica de Terapia ocupacional: Dominio y Proceso (Aota, 2014) fue desarrollado para plantear la contribución de la TO en la promoción de la salud, y la participación de las personas, organizaciones, y las poblaciones mediante un compromiso con la ocupación.
En este documento, podemos encontrar una clasificación de actividades de la vida diaria, dentro de la cual aparece la Alimentación. Por lo que la identificación de las dificultades en el ámbito de comer, alimentación y la hora de comida, corrobora la necesidad de derivar a los niños con estos problemas a terapia ocupacional. Además, está documentado que los terapeutas ocupacionales tienen la formación, el conocimiento y la experiencia necesaria para evaluar y proporcionar intervención en los aspectos físicos (motores), cognitivos, sociales, emocionales y culturales de la alimentación, el comer, y la “hora de la comida”, por lo que todos estos aspectos son necesarios para que se dé una buena alimentación, satisfactoria para el niño y la familia. Establece diferenciación entre alimentar y comer/tragar:
Ambas requieren una función efectiva y coordinada de los sistemas que intervienen en estos procesos, tales como capacidad oromotriz (motor), sensorial y cognitiva.
Por lo tanto, cualquier niño puede tener alguna dificultad en el proceso de alimentación, bien sea por causa motora, participación, factores ambientales o dificultades en la función/estructura de “comer/tragar”.
Tras hacer un breve repaso por el Marco de trabajo para la práctica de la TO (Dominio y Proceso), en el que podemos sustentar la terapia ocupacional como parte de un equipo multidisciplinar para trabajar los problemas en la alimentación, cabe destacar la importancia de una valoración exhaustiva y holística para conocer donde radica el problema en sí mismo, en la función (dificultades en la percepción oromotriz, planificación motora (motor) o dificultades en la integración sensorial), en la estructura (causa orgánica de base tipo PCI,...) o en los factores ambientales (contexto, familia, colegio) que hacen que su participación esté mermada o en riesgo de padecerla, por lo que el terapeuta ocupacional es imprescindible en el equipo para intervenir en los trastornos de la alimentación.
¿Cómo saber si mi hij@ tiene problemas en la alimentación? ¿Cuándo plantear
una evaluación en la alimentación?
AUTORA:
Carmen Nélida Waliño Paniagua
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 192
La infancia es una de las etapas más importantes del ser humano. Durante ésta, y a través del juego, aprendemos la mayoría de las habilidades que nos serán de gran utilidad en nuestro día a día.
El juego permite al niño desarrollar su inteligencia, creatividad, sociabilidad, afectividad, habilidad manual, lenguaje, motricidad y aprendizaje de las reglas de convivencia. Está considerado como una actividad básica en el desarrollo infantil, y un niño que no juega, se está perdiendo multitud de oportunidades de aprendizaje; a través del juego los niños buscan, exploran, experimentan y descubren el mundo por sí mismos, siendo uno de los mayores instrumentos para la educación.
El juego no sólo es un derecho de los niños, sino que es además una actividad saludable y placentera. Jugar es una fuente inagotable de alegría, diversión, retos y satisfacción, y permite que el niño aprenda sobre su propio cuerpo y sus habilidades y, además, facilita el desarrollo del lenguaje y aprende a relacionarse con los demás.
En el siglo en el que vivimos, rodeados de tecnologías, a veces olvidamos la importancia que tiene el movimiento en nuestro desarrollo físico, psicológico y social. Muchos niños se pasan horas y horas sentados frente un móvil, tablet o televisión; esto hace que cada vez sean más sedentarios, y que no se desarrollen correctamente.
Si los niños no juegan, podríamos encontrarnos con dificultades más adelante como: problemas de aprendizaje que afectan en su rendimiento académico, problemas posturales, dificultades para relacionarse con los demás, pueden parecer torpes y, además, todo esto podría hacer que el niño se frustre, tenga una mala conducta o que disminuya su autoestima, haciendo que sus niveles de estrés y ansiedad se eleven, sin ser necesario para su edad.
Por todos estos motivos, dejemos que los niños experimenten, que se suban y se bajen, que se ensucien, que salten, que corran, que se caigan, que griten, que lloren, que rueden en el césped, que salten en los charcos, y en definitiva, QUE JUEGUEN.
Podéis encontrar más información sobre la importancia del juego en las siguientes webs:
AUTORA:
Verónica Simón Donaire
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 200
La dispraxia del desarrollo (DCD) es una disfunción cerebral que afecta a la organización de los inputs que llegan al sistema nervioso e interfiere en la habilidad para el planeamiento motor, es decir, para organizar su movimiento. Las palabras “del desarrollo”, indican que es un problema que comienza a edades tempranas y acompaña al niño a medida que éste crece. La falta de estas habilidades pueden producir un alto impacto en el desempeño ocupacional esperado para un niño/a en edad escolar.
Citando a Jean Ayres, “Si nos detenemos a pensar en lo que el hombre puede hacer, nos daremos cuenta de que todo es movimiento (…). Sin movimiento no podríamos cuidarnos, ni ir a donde quisiéramos ni comunicarnos con los demás.”
¿Cómo podemos identificar este problema en el niño en casa o en el colegio?
Cuando un niño con dispraxia intenta aprender un juego que implique movimiento o un deporte, tiene que “practicarlo” una y otra vez, porque no es capaz de aprender a hacerlo. Le interesa, le gusta, lo intenta, pero “no le sale”. Su cuerpo no puede representar a nivel motor lo que el niño quiere reproducir.
Al enfrentarse a un juguete nuevo, casi cualquier niño sabe qué hacer con él o, al menos, intenta averiguarlo. Para un niño con dispraxia del desarrollo ésta puede ser una tarea dificilísima, puesto que tiene que “crear” un patrón de movimiento que no conoce, tiene que “inventarlo” y no sabe cómo o para qué exactamente.
El momento del vestido también es complicado: hay que meter una pierna por un agujero del pantalón y luego mantenerse en equilibrio para meter la otra, luego, hay que meter una mano por la manga de la camisa y, casi sin ver, buscar la otra manga para meter el otro brazo y acabar abrochando botones. Al tener una imagen “distorsionada” o poco formada de su cuerpo, estos procesos son realmente difíciles. Si no sabes dónde están tus manos, ¿cómo vas a usarlas para subir una cremallera?
El niño puede ser descrito como desordenado, lento o “torpe”, aprieta los lápices tan fuerte que acaba rompiéndolos, se deja la camisa retorcida y no se da cuenta, tarda mucho en comer…
¿Cómo podemos ayudar a estos niños?
Desde la terapia ocupacional basada en el enfoque de la Integración Sensorial de Jean Ayres, se entiende este problema como un desorden de la interpretación de entradas sensoriales, sobre todo táctiles (las que entran por los receptores del tacto de la piel), aunque también propioceptivas (activación de las articulaciones y músculos del cuerpo) y vestibulares (movimiento de la cabeza respecto al cuerpo y el espacio). Dicho esto, si el niño está procesando estas sensaciones de forma “desordenada”, nuestra labor será ayudarle a organizar todo en el cerebro, aportando al niño la cantidad y el tipo de entrada sensorial que necesite en cada momento, y transformándolas en respuestas adaptativas de tipo motor, es decir, que en las sesiones de terapia ocupacional , el niño sea capaz de organizar su cuerpo para subir a un columpio nuevo, o de usar un juego de construcciones. Estas conductas se irán generalizando a otros entornos como el hogar (para meterse en la bañera en la hora del aseo o subir y bajar las escaleras de casa) o el colegio (para realizar con éxito tareas de escritura, recortado, lectura…), haciendo al niño más independiente y aportándole un mayor control sobre su cuerpo y por tanto, sobre su vida.
BIBLIOGRAFÍA:
Ayres A. La integración sensorial y el niño. México, D.F: Trillas; 2006.
AUTORA:
Stella Martín Rubiño
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 167
Risas, nervios, gritos, saltos, sonrisas, inquietud… Ya están aquí las ¡VACACIONEEEESSSS! y a pequeños y mayores nos envuelve la ilusión. Saber que se acabó madrugar, que se da una tregua a los deberes y que los exámenes quedaron atrás. Acostarse más tarde, jugar más, ver a amigos, primos, ir a la playa, estar en la piscina… Siempre son grandes las expectativas porque en casi 3 meses de verano, ¡todo parece posible!
Y sí, son casi 3 meses de vacaciones escolares. Y todo este tiempo libre que entusiasma a unos (los niños), puede ser una fuente de estrés para otros (los padres), ya que, a veces, puede resultar realmente difícil conciliar, atender y llenar de contenido y significado todo este tiempo y, sin querer, convertimos el merecido descanso y tiempo de ocio de los niños, en otro periodo de obligaciones y tareas, en un “ir y venir” de actividades, en los que disfrutar no siempre está en el primer lugar de la lista.
Así que, para ayudaros en esta tarea, hemos recogido en 5 puntos algunas ideas para hacer de este verano, un tiempo de disfrute y diversión para todos.
¿Por dónde empezamos? Planificación: haciendo partícipe al niño
Los intereses y la motivación son intrínsecas, propias y particulares de cada persona. Lo que para uno es juego, ocio, disfrute… para otro puede resultar un verdadero trabajo.
Porque sabemos que medir o valorar desde fuera la diversión, el placer, la alegría… es muy difícil, proponemos, como punto de partida, que a la hora de organizar su verano, te sientes con tu hijo y le des la oportunidad de elegir.
Está claro que es el adulto quién tiene la posibilidad de valorar los numerosos aspectos organizativos de la rutina del día durante las vacaciones. Influyen aspectos económicos, horarios, disponibilidad de apoyo familiar, número y edad de niños en la familia… Cuando uno piensa todas las posibilidades y opciones que cubren las necesidades y características propias de cada núcleo familiar, habrá cosas que tengan que ser sí o sí de una manera determinada, pero os animamos a buscar aquellas en las que podemos cederle el control, permitir la toma de decisión a nuestro hijo.
Para nosotros pueden parecer pequeñas cosas, incluso sin importancia. Elegir qué vamos a comer, si voy al parque por la mañana o por la tarde, si prefiero hacer un taller de música o de natación, que me llevo de almuerzo… pero darle la opción de elegir y de participar en la organización de su día y de sus vacaciones, aumentará su motivación y aceptará mejor aquellas cosas que, del “plan del día” no tengan más remedio que ser así.
El interés del niño
Igual que cada adulto planifica sus vacaciones y tiempo libre en base a sus intereses, gustos y preferencias… cada niño necesitará de una oferta diferente para que las vacaciones se llenen de sentido, significado, disfrute, esparcimiento y diversión.
Como terapeutas ocupacionales entendemos que el juego es una actividad básica en el niño, fuente primaria de interés y el mejor canal para estimular y acompañar su desarrollo, favorecer su aprendizaje, su desempeño diario y el estado de salud y bienestar.
Por eso, te proponemos un momento de reflexión sobre los intereses y la forma de jugar de tu hijo. Las respuestas a las siguientes preguntas pueden ayudarte en la búsqueda de actividades en tu ciudad (colonias, campamentos, talleres, asociaciones, clubs deportivos, escuelas,….) o a organizar en casa tareas para que éste sea el mejor verano para tu hijo/a.
¿A qué juega tu hijo/a de forma espontánea?
¿Tiene alguna pasión? (fútbol, danza, pintar,…)
¿Le gustan ….
¿Prefiere actividades en grupo o más solitarias?
¿Prefiero juegos de interior o exterior?
¿Qué cosas le gusta hacer contigo?
¿Cómo se entretiene en casa?
¿Con qué tareas se le pasa el tiempo volando?
¿Con qué actividades se divierte más?
¿En que juegos o actividades se frustra, se enfada, tienen menos habilidades…?
¿Qué le gustaría ser de mayor?
Vacaciones también en nuestro entorno
Parece que asociamos vacaciones a cambio, novedad, viajes... Y es verdad que cambiar de aires siempre viene bien. Pero, a veces, esto no es posible, o no todo el tiempo que nos gustaría. Así que, llegados a este punto, te proponemos algunas ideas de cómo nuestro entorno, con un poquito de creatividad, nos puede sorprender y ofrecernos oportunidades de diversión.
Juegos sólo para el verano
Tenemos la posibilidad de usar materiales y entornos que en invierno no puedes usar.
Más tiempo en casa... Cómo hacer que las horas se queden cortas
Aprovechando que los padres también tenemos más tiempo libre podemos:
AUTORA:
Gema Del Moral Orro
Terapeuta Ocupacional - Especialista en Integración Sensorial
Asociada AEIS: 40
Imagina que tu cuerpo es un coche dónde toda la información se guarda y almacena. Y, dentro del oído interno se encuentra nuestro propio sistema GPS interno, nuestro sistema vestibular. El sistema vestibular es su guía interna que le dice a su cuerpo donde se encuentra y donde tiene que ir, por lo que trabaja mano a mano con los sistemas visual y propioceptivo. El sistema vestibular ayuda a nuestro cuerpo a responder de manera adecuada a la atracción gravitatoria, y al igual que un GPS, envía mensajes al cerebro y otras partes del cuerpo para informar sobre la información recibida y cómo debe ser usada.
¿Qué es el sistema vestibular?
El sistema vestibular detecta el movimiento y la gravedad, y proporciona información sobre la posición de la cabeza en el espacio y aceleración y desaceleración del movimiento . Es uno de los primeros sistemas sensoriales que se desarrolla intraútero. El sistema vestibular tiene fuertes conexiones neurológicas en el cerebro y es un organizador principal de la entrada sensorial. Este sistema se considera el sistema sensorial más influyente y tiene un tremendo impacto en la propia capacidad para el funcionamiento diario.
Es el sistema unificador de nuestro cerebro que modifica y coordina la información recibida de otros sistemas, y funciona como un policía de tráfico, dirigiendo cada sensación (dónde y cuándo se debe ir o detener).
¿Cómo funciona el sistema vestibular?
Este sistema influye en aspectos como la postura, el equilibrio, el movimiento, la coordinación, la atención , el nivel de excitación , la impulsividad y el comportamient.
El sistema vestibular informa de nuestra percepción del espacio y nuestra posición y orientación dentro de ese espacio.
Los niños afectados por un mal procesamiento vestibular pueden parecer que tengan falta de atención, sean perezosos, demasiado ansioso, o busquen todo el rato movimiento. El desempeño diario de estos niños (escuela, realizar las actividades diarias, o simplemente levantarse de la cama por la mañana) puede ser difícil y verse afectado si existen dificultades a la hora de procesar la información sensorial.
¿Qué se puede observar si el sistema vestibular no funciona correctamente?
Dependiendo del tipo de dificultad en el procesamiento, se pueden observar algunos de estos comportamientos.
Si tu hijo muestra algunos de estos comportamientos sería apropiado buscar más información, consultar o realizar una evaluación por Terapeuta Ocupacional
cualificado. Infórmate en la web de la ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE INTEGRACIÓN SENSORIAL www.integracionsensorial.es
Bibliografía
Ayres, AJ., (2008). La integración sensorial en los niños. Madrid, España: TEA Ediciones.
AUTOR:
Sergio Serrada Tejeda
Terapeuta Ocupacional -Especialista en Integración Sensorial
Asociado AEIS: 216